Desde la silla: es mas fácil querer desde la silla que a pie, sobre todo si la silla tiene ruedas, la mirada cubre mas ángulos se toma mas tiempo se detienen los gestos, el mirado no sabe que esta siendo visto tan meticulosamente lo que le da una gran naturalidad, cuando estamos frente a frente de pie, se produce un no se que de enfrentamiento, las guardias están puestas los movimientos sirven para distraer, para manipular, y en la silla uno se mueve menos, pero además el movimiento implica siempre a la silla, lo que condiciona todo, y si estamos sentados frente a frente la silla de ruedas es la que tiene movimiento, para atrás, para delante, para un lado, movimientos que no fluyen si no vuelan, no naturales, no como extender un brazo o adelantar una pierna, no movimientos nuestros, esa artificialidad nos contiene y otorga también cierta naturalidad, de ahí que las confrontaciones sean mas apacibles mas atentan, mas abiertas, no es que le este tratando de encontrar ventajas a la silla de rudas, no es que me este consolando, es solo que ha venido a ser una pausa en el camino, algo semejante a subir una esquinita de la cortina y descubrir lo que hay detrás de ella.
DESTIERRO
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Hablábamos la lengua
de los dioses, pero era también nuestro silencio
igual al de las piedras.
Éramos el abrazo de amor en que se unían
el cielo con la ti...
Hace 1 hora
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