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Ay dolor ya ni la amuelas: oí su carcajada de el, era llanamente graciosa, no por que me doliera nada, si no por que se me descompuso la computadora y eso me pone tan mal o peor que cualquier otra cosa, dolor no me habla en estos días, me ronda, pero en silencio no logro convencerlo de que no me burlo de el, no le gustan las descripciones que hago de su aspecto, por eso cuando hoy me invadió la tristeza profunda que produce la computadora descompuesta, se rió permitiendo que yo lo viera, pero no lo vi, se que estaba atrás de la persiana, pero que importa, yo solo podía ver mi vida súbitamente coja, ya se mi persona es coja, pero hoy es mi vida la que se pone coja, la computadora es una habitación dentro de la habitación, un yo dentro de mi yo, si, tengo respaldos esta todo en mi cuaderno pero no es igual, la computadora es presencia, es compañía es complice, y cuando es laptop mas, dolor sofoca la risa, no cabe duda de que la venganza es dulce, no es que la busquemos, pero cuando se presenta deberás se siente rico, quizá mi única venganza contra dolor sea que cuando me pasa una cosa aquí la adrenalina me sube a tal punto que no me duele nada mas que el alma.
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