Y el alimento donde va: en la imaginación la mayoría de las veces, antojos que dejan un asumo de sabor, no es comida propiamente lo que consume uno, esa que fortalece y nutre, es satisfacción de un capricho, el cuerpo no pide vitamina D o C, salvo ese deseo amorfo al que se llama hambre, pero que es mas curiosidad que otra cosa, son los nombres de los platillos los que atraen, sopitas, caldo tlalpeño, paella... que tal este quedo al albañil, que inmenso paraje se abre ante nuestros ojos con estas palabras, colorido y robusto, en cambio palabras como verduras, pescado, atole, o bien avena betabeles, para que seguir, el mundo se vuelve plano y opaco.
DESTIERRO
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Hablábamos la lengua
de los dioses, pero era también nuestro silencio
igual al de las piedras.
Éramos el abrazo de amor en que se unían
el cielo con la ti...
Hace 1 hora
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