He pedido perdón muchas veces, y siempre me perdonaron. Lo curioso es que nunca aparté un tiempo para hablar conmigo mismo y decirme bien a la cara, que lo siento, por todas esas veces que no pude aunque quise. Por todas esas veces que me fallé a mí mismo. Por todas y cada una.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario